El día de hoy les presento la novena entrega de una serie de 11 destinos distribuidos en 7 países del Continente Europeo donde les describiré el recorrido realizado junto con mi compañero de vida en nuestro inolvidable viaje de Luna de Miel.
La historia de la Torre de Pisa y la belleza de lo imperfecto.
En Italia hay 20 regiones y una de ellas es la de la Toscana de la que Pisa forma parte, donde la atracción que llama más la atención de los viajantes es su torre inclinada.
El campanario de Pisa, turbia historia que da lugar ahora a un Patrimonio de la Humanidad. ¿Quién pensaría? Un error de diseño en cimientos y un terreno pantanoso ocasionaron su inclinación durante la misma construcción. Gracias a la guerra entre Pisa y Génova su construcción fue interrumpida cerca de 100 años lo que permitió que el suelo se asentara.
Si no hubiera habido guerra esta maravilla habría terminado en escombros, además de que los recursos para su construcción se obtenían de las victorias de guerras. Originalmente la torre se inclinaba hacia el norte, trataron de corregir la inclinación y lo único que consiguieron fue que se inclinara hacia el sur. A diferencia de Venecia tendremos Torre de Pisa para las próximos dos siglos gracias a la remoción de toneladas de tierra bajo su base.
¿Cómo llegamos hasta Pisa?
Desde Florencia tomamos un tren que en menos de 1 hora nos llevó hasta Pisa y que actualmente tiene un costo de 9 € por persona. El boleto de tren lo adquirimos en la plataforma GoEuro que ahora se llama Omio y es una startup que ha simplificado mucho los viajes.
En Pisa permanecimos unas cuantas horas para disfrutar del espectáculo de la torre inclinada y degustar una deliciosa pizza con el sabor particular de la toscana.
¿Cómo fue nuestro paso por esta hermosa ciudad?
Nosotros específicamente íbamos a conocer la torre, por lo cual le dedicamos sólo medio día a este destino y por la noche abordaríamos un autobús que nos llevaría a la siguiente ciudad en nuestro tour, así que no nos importó caminar desde la estación central de Pisa hasta “La plaza de los Milagros”, donde se encuentra el campanario o Torre inclinada, pero recomendamos que uses algún otro medio de transporte desde la central hasta la ubicación de la Torre si estás corto de tiempo.
El caminar tanto nos dio la oportunidad de admirar el atardecer al cruzar el puente del río Arno que también atraviesa a Florencia.
Cuando llegamos a la Plaza de Los Milagros había mucha gente tomándose fotos en las posturas más curiosas con la Torre Inclinada. Aquí les dejo algunas de las que nosotros intentamos (obvio están super equis pero pues es lo que hay ja, ja, ja):
Al oscurecer la gente se comenzó a marchar de la plaza pero a nosotros nos quedaban algunas horas en este destino, así que nos dedicamos a repasar cada detalle de la Catedral y del Baptisterio de Pisa, e inclusive descansamos un poco en una de las puertas cerradas de la Catedral. También aprovechamos para comprar algunos recuerdos y apreciar el cielo con una combinación de colores increíbles.
Una hora más tarde teníamos bastante apetito y decidimos probar una pizza estilo toscana y unas deliciosas birras (cervezas en italiano) y lo hicimos en el Ristorante Pizzeria Duomo, donde pasamos la noche hasta que finalmente fue momento de dejar esa tierra y emprender el camino hacia nuestro penúltimo destino.
Despidiéndonos de Pisa.
Les puedo decir que pocas veces he apreciado un cielo tan bonito como el de esta ciudad en la Toscana y que sin duda es un lugar que tiene muchos más atractivos que los que les he narrado en esta reseña. Así que no dejes de visitarla y encontrar detalles que te enamoren de esta provincia.
En nuestra próxima aventura conoceremos la ciudad con la mayor concentración de monumentos por metro cuadrado. ¡Acompáñanos en esa aventura Viajaleero! Si quieres saber de qué lugar se trata da clic aquí.